El test de inglés consta de 62 preguntas; el test de español consta de 52 preguntas. Ambos siguen un grado creciente de dificultad, según los bloques de contenido adoptados en nuestros cursos. Puede detenerse en cualquier momento, dependiendo de su nivel de conocimiento. No es la suma total de respuestas correctas lo que determina el nivel, sino el rendimiento obtenido por bloques.